Tumbando Caña

Hilario Osorio

LA GUERRILLA EN MEXICO

Cómo han cambiado los tiempos.
Ahora una delegación representativa de la extinta guerrilla en México, tranquila, recorre el país en busca de reconocimiento histórico de aquellos hechos calificados ahora como obra de soñadores, de adelantados y hasta como poéticos y filosóficos. En una formidable avanzada un puñado de mexicanos buscaron mejorar la realidad que se vivía, allá por los sesenta y los setenta. Pero sirvieron también de pretexto a las autoridades de entonces, para aniquilar con inaudita saña buena parte de aquella generación de jóvenes y adultos valientes, inteligentes, capaces, rebeles…., soñadores. O sea nuestra materia gris, nuestro ácido ribonucléico, o ADN nacional.
Según “El Cuate”, Juan Manuel Tong Gastélum, estuvo que ni mandado hacer como anfitrión de los personajes centrales del evento e invitados, encabezados por dos o tres de los participantes activos e intelectuales de aquel movimiento iniciado con el asalto al cuartel militar de Maderas, Chihuahua y que continuara con los secuestros de un cónsul norteamericano, del suegro del suegro de Luis Echeverría, entre otros personajes. Estuvieron en Los Mochis algunos de aquellos comandos, como el exiliados a Cuba, de la Liga Comunista 23 de Septiembre, de las huestes de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, del Partido de los Pobres, entre otras agrupaciones ya desaparecidas. ¡Ni más, ni menos!
Dieron una conferencia y toda la cosa en el hotel del acaudalado perredista Lorenzo Garza Gastélum donde vendieron el libro sobre la “Fuga de Oblatos” y en la casa de su anfitrión brindaron por la paz y el NO uso de las armas como lucha política para el mejoramiento dem la realidad mexicana. No dijeron gran cosa nueva, en la plática, pero vinieron a despertar un pasado que ya ni se mencionaba. Vinieron a poner un nuevo cascabel al gato. Algunos hasta querían ir a agarrar la reportera, ¿Verdad Conan?

CUENTA REGRESIVA

Faltan unos días para que se sepa quién va a ganar la siguiente careada sobre el caso del ex Secretario del Ayuntamiento de Ahome, el tristemente célebre José Luis Polo Palafox. Vamos a ver qué actitud asumen tanto el alcalde Esteban Valenzuela, los regidores y funcionarios (que hasta ahorita no han funcionado), y, desde luego, sus carísimos asesores … El licenciado Torres, director del jurídico municipal, por ejemplo, hasta antes del cese le besaba hasta los pies al mentado “Secre”. Ahora es uno de sus principales verdugos. Tiene una cita con el Juez Quinto de Distrito aclarar el asunto. Seguramente servirá para remacharle más el clavo al ex funcionario.
¡Puras mortificaciones! para el chinito.

SUSTITUTO

¿Quién lo hubiera dicho?:
Ahora no se atreven a abordar el tema de la designación ¿o resignación? del nuevo Secretario de la Comuna ahomense. Parece que les han cortado la lengua a más de cuatro. Es como si le tuvieran miedo a alguien. Como si no estuvieran tan seguros de lo que han hecho y actuasen con arrepentimiento, guardando, por si acaso, el hueso al Polo Palafox, quien los ha demandado para que le paguen hasta sus malas miradas, pero sobretodo por la devolución de lo que dice, le pertenece: la chamba.

OPORTUNIDAD

Como quiera que eso seas, entre los suspirantes a sustituto del “Secre” cesado en Ahome, no todo esta perdido. Afortunadamente se menciona alguno que, dicen, salva la tarde. Este vendría a dar mucha solidez y prestigio al desvalido equipo de trabajo municipal. Se refieren al licenciado Ramón de Jesús Castro Atondo, prestigiado jurista litigante, de mucha prosapia y experiencia jurídica, quien además ya se ha fogueado en las ligas mayores estatales. Es la recomendación popular: es la oportunidad de oro que debe ser aprovechada para pedirle que se integre al ayuntamiento.

¿NO QUE NO HABÍA?

Como dice aquel vendedor de cueritos de cochi en escabeche: ¿no que no había?
Él se refiere, naturalmente, al delicioso producto que ofrece a los asistentes a los estadios y otros espectáculos.
En cambio la ciudadanía, se refiere a la cloaca destapada en las aduanas mexicanas, donde se han amasado cuantiosas fortunas y herencias a la sombra de doña corrupción. ¿Y, a esa delincuencia cómo se le llama?