Sálvese quien pueda
Carlos Ilich Osorio Gastélum
Con la desaparición y posterior ejecución de los jóvenes Alfonso Caro Velázquez quien tuviera su domicilio de la colonia Jiquilpan, así como también de quien fuera su novia Edna Susel Rivera Valenzuela, la sociedad ahomense se encuentra sumida en la desesperación. Y no es para menos ya que con estos hechos calificados por expertos como de “alto impacto” los habitantes de Los Mochis nos sentimos totalmente desprotegidos. Es que fueron 18 días de zozobra en que familiares, amigos y vecinos de las víctimas pedían a gritos su localización.
Con acontecimientos como estos, los ciudadanos nos podemos dar cuenta de la clase de funcionarios que tenemos en la procuración de la justicia en el estado de Sinaloa ya que no tuvieron los efectos positivos esperados ni los reclamos, exigencias, gritos de desesperación que los familiares hicieron en las calles de Los Mochis, así como en las meras narices del “irresistible” a las chambas, o sea el lic. Ramón Ignacio Rodrigo Castro para que localizara y trajera con vida a los jóvenes a los brazos de sus familiares; reclamos que no sirvieron para nada, toda vez que en lo que nuestro Sherlock Holmes recorría la sierra en busca de los desaparecidos, los plagiarios se daban el lujo de masacrar a los jóvenes en las cercanías de las oficinas de las corporaciones policíacas.
Al conocerse la noticia, no faltaron las voces que desde el seno de las familias agraviadas, así como de las dirigencias de algunos colegios de abogados exigían que rodara la cabeza del subprocurador de justicia zona norte, responsabilidad que recae en la persona Lic. Ramón I. Rodrigo Castro quien por cierto no sabe decir que no a todo aquello que huela a vivir del erario público, aunque su desempeño deje mucho que desear.
Figúrese amable lector que cuando supo que le pedían que renunciara éste salio en su defensa argumentando que en la procuración de la justicia “siempre se pide la renuncia de los funcionarios al menor detalle” y que la única receta que existe para resistir “es hacer concha”, olvidándose que existen sin esclarecer aún muchas investigaciones mas entre las que resaltan, el secuestro y muerte del funcionario policiaco de Chox y ex jefe preventivo de Ahome, Juan Alberto Llanes Félix, el vil homicidio de la jovencita cuyo cuerpo encontrado cercano al ejido Compuertas, caso en el que según familiares de la victima se dejo libre al responsable, entre otros hechos que permanecen impunes.
No nos debe extrañar la forma en que esta clase de funcionarios cuidan su chamba oficial, ya que es muy seguro que sin ella deambularían por las calles de la ciudad en busca de algún mendrugo. Lo admirable es el “valor” de nuestro gobernador, Jesús Alberto Aguilar Padilla, al sostener en tan alta responsabilidad a tan ineficaces funcionarios. ¡Aguzado mi “gober”!, que el que con lobos se junta a aullar se enseña.
Sin lugar a dudas en Los Mochis no se tenía conocimiento de estos hechos en años anteriores, solamente que en día éstos acontecimientos se han venido multiplicando y lo mas triste del caso es que los hechos de sangre estén siendo dirigidos contra los jóvenes evidentemente inocentes y en la mayoría de los casos son personas que no tienen nada que ver con el crimen organizado y para rematar estos delitos quedan impunes.
Existe la creencia general de que, incluso, los asesinos de Alfonso y Edna Susel, se equivocaron y que les fue la mano.
Por lo pronto estaremos pendiente para ver quien tiene mas “caparazón” si éstos oscuros personajes de las investigaciones policíacas, nuestro mandamás estatal o bien nuestro sufrido pueblo. Sin lugar a dudas en los próximos días éste tema dará mucho de que hablar.
Es cuanto.
Carlos Ilich Osorio Gastélum
Con la desaparición y posterior ejecución de los jóvenes Alfonso Caro Velázquez quien tuviera su domicilio de la colonia Jiquilpan, así como también de quien fuera su novia Edna Susel Rivera Valenzuela, la sociedad ahomense se encuentra sumida en la desesperación. Y no es para menos ya que con estos hechos calificados por expertos como de “alto impacto” los habitantes de Los Mochis nos sentimos totalmente desprotegidos. Es que fueron 18 días de zozobra en que familiares, amigos y vecinos de las víctimas pedían a gritos su localización.
Con acontecimientos como estos, los ciudadanos nos podemos dar cuenta de la clase de funcionarios que tenemos en la procuración de la justicia en el estado de Sinaloa ya que no tuvieron los efectos positivos esperados ni los reclamos, exigencias, gritos de desesperación que los familiares hicieron en las calles de Los Mochis, así como en las meras narices del “irresistible” a las chambas, o sea el lic. Ramón Ignacio Rodrigo Castro para que localizara y trajera con vida a los jóvenes a los brazos de sus familiares; reclamos que no sirvieron para nada, toda vez que en lo que nuestro Sherlock Holmes recorría la sierra en busca de los desaparecidos, los plagiarios se daban el lujo de masacrar a los jóvenes en las cercanías de las oficinas de las corporaciones policíacas.
Al conocerse la noticia, no faltaron las voces que desde el seno de las familias agraviadas, así como de las dirigencias de algunos colegios de abogados exigían que rodara la cabeza del subprocurador de justicia zona norte, responsabilidad que recae en la persona Lic. Ramón I. Rodrigo Castro quien por cierto no sabe decir que no a todo aquello que huela a vivir del erario público, aunque su desempeño deje mucho que desear.
Figúrese amable lector que cuando supo que le pedían que renunciara éste salio en su defensa argumentando que en la procuración de la justicia “siempre se pide la renuncia de los funcionarios al menor detalle” y que la única receta que existe para resistir “es hacer concha”, olvidándose que existen sin esclarecer aún muchas investigaciones mas entre las que resaltan, el secuestro y muerte del funcionario policiaco de Chox y ex jefe preventivo de Ahome, Juan Alberto Llanes Félix, el vil homicidio de la jovencita cuyo cuerpo encontrado cercano al ejido Compuertas, caso en el que según familiares de la victima se dejo libre al responsable, entre otros hechos que permanecen impunes.
No nos debe extrañar la forma en que esta clase de funcionarios cuidan su chamba oficial, ya que es muy seguro que sin ella deambularían por las calles de la ciudad en busca de algún mendrugo. Lo admirable es el “valor” de nuestro gobernador, Jesús Alberto Aguilar Padilla, al sostener en tan alta responsabilidad a tan ineficaces funcionarios. ¡Aguzado mi “gober”!, que el que con lobos se junta a aullar se enseña.
Sin lugar a dudas en Los Mochis no se tenía conocimiento de estos hechos en años anteriores, solamente que en día éstos acontecimientos se han venido multiplicando y lo mas triste del caso es que los hechos de sangre estén siendo dirigidos contra los jóvenes evidentemente inocentes y en la mayoría de los casos son personas que no tienen nada que ver con el crimen organizado y para rematar estos delitos quedan impunes.
Existe la creencia general de que, incluso, los asesinos de Alfonso y Edna Susel, se equivocaron y que les fue la mano.
Por lo pronto estaremos pendiente para ver quien tiene mas “caparazón” si éstos oscuros personajes de las investigaciones policíacas, nuestro mandamás estatal o bien nuestro sufrido pueblo. Sin lugar a dudas en los próximos días éste tema dará mucho de que hablar.
Es cuanto.
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